martes, 5 de noviembre de 2019

120 horas de diálogos sobre conflictos urbanos en La Casa Encendida



En la primavera de 2010 el grupo Territorio Racional y Sostenible y La Casa Encendida iniciamos una serie de ciclos de mesas redondas para reflexionar y debatir a cerca de la necesidad de una utilización más racional y sostenible del territorio. Hasta el momento se han celebrado 60 sesiones en las que han participado cerca de 200 expertos. Nuestro propósito ha sido analizar conflictos y difundir ideas a favor de una utilización más racional del territorio, porque creemos que los usos que se le están dando no responden a criterios de equidad, de cohesión social, de eficiencia económica y son contrarios a la sostenibilidad.
Es necesario cambiar el modelo de desarrollo urbano
En 2010 teníamos ante nosotros una larguísima muestra de los muchos despropósitos territoriales y urbanísticos cometidos especialmente durante los años de la burbuja. Eran y son la irrefutable constatación de un modelo de desarrollo urbano que entiende el urbanismo sólo como negocio, como oportunidad de obtener grandes plusvalías, como dinamizador de la economía y no como la forma de hacer política para mejorar la vida de los ciudadanos, preservar el medio ambiente y proteger el territorio como recurso necesario y limitado. Escandaliza, con razón, la “corrupción urbanística” pero es necesario subrayar que es más grave la “corrupción del urbanismo”.
Estamos ante un modelo de desarrollo urbano en el que las estrategias empresariales, solo guiadas por la rentabilidad económica, están normalmente respaldados por unos poderes políticos y una sociedad que en su conjunto son, cuando menos, complacientes. En la primera sesión de estos ciclos, que titulamos Educar en defensa del territorio, Fernando de Terán nos recordaba que la gravedad del tema radica en que se hace “…una planificación que conduce a un desastre urbanístico y ello se está haciendo dentro de la legalidad”. En una de sus intervenciones en otro de nuestros ciclos, Eduardo Mangada señalaba que “…estamos en un momento de degradación de la cultura urbanística, en un momento de mercantilización de la ciudad, la ciudad transformada en mercancía en lugar de la ciudad como espacio de convivencia…”.En otra de las sesiones José Antonio Corraliza nos reconocía que proponer la racionalidad en el uso del territorio es “atrevido” pero imprescindible porque, como demuestra la Historia, la libertad incondicional en la utilización de “… los recursos comunes resulta ser la ruina para todos”.
En repetidas ocasiones se ha puesto el dedo en la yaga de los “nuevos desarrollos” de la ciudad de Madrid. Se han cuestionado desde diversas perspectivas, por su afán de agotar la capacidad del municipio, pero también por su forma de concebir la ciudad. Carlos Lasheras explicó muy claramente diversos aspectos técnicos sobre su insostenibilidad y lo difícil que le resulta, cuando va a estos barrios, sentirse “…en una ciudad y … reconocer la ciudad de Madrid”.  Sobre la necesidad del cambio de modelo de desarrollo urbano, Verónica Sánchez (n’UNDO) advirtió que “… no se trata de construir las ciudades del futuro, creemos que el problema que tenemos ahora mismo es construir futuro para nuestras ciudades”.
Es necesaria otra política de vivienda
Buena parte de ese futuro dependerá de cómo se afronte el sempiterno problema de la vivienda, al que hemos dedicado varios ciclos. En un sistema residencial como el que tenemos, con un predominio abrumador de la vivienda en propiedad, se produce una muy fuerte supeditación a las reglas del mercado que, entre otros, deja postergados principios tan importantes como la función social de la propiedad. La debilidad del mercado de alquiler y su encarecimiento son algunos de los rasgos más negativos. Fernando Encinar, cofundador de idealistas.com defendió que “…un mercado fuerte de alquiler, que haya millones de personas que viven de alquiler, que haya un mercado muy dinámico y saneado…” cambiaría la sociedad.
En el ciclo de 2019, Elena Beunza, como responsable estatal de vivienda, dialogando sobre la necesidad de una nueva política, subrayó que lo “realmente importante es establecer un nuevo régimen jurídico en materia de vivienda en España”. Unos años antes, desde la perspectiva de las asociaciones de vecinos, María Roces defendió su opinión sobre la falta de una auténtica política de vivienda “lo que ha habido es política ligada al negocio inmobiliario”. El problema de vivienda se manifiesta en el ámbito local pero tal como advirtió Javier Burón “ni siquiera las ciudades más ricas y con gobiernos más o menos progresistas, pueden ganar la batalla de la vivienda solas”. Aunque la causa mas evidente del problema es la elevación de los precios, especialmente de los alquileres, hemos ampliado el debate a otros elementos del sistema residencial, tales como la dinámica sociodemográfica, la situación económica, la normativa urbanística y sobre vivienda, o la estructura del parque residencial y su utilización. El problema no es tanto la escasez como la inadecuación.
Más accesibilidad con menos coches
Tenemos también que cambiar la forma de movernos por las ciudades y como señaló Alfonso Sanz (Gea21) hay que partir de la transformación de “un urbanismo pensado desde el parabrisas, desde las necesidades del automóvil”. En algunos de los últimos ciclos hemos buscado propuestas para otro modelo que, garantizando la accesibilidad, sea respetuoso con la salud de las personas y con el medio ambiente. En ese sentido, Felipe Fernández (UAM) recordó que “la contaminación atmosférica afecta de forma directa a la salud de los habitantes de las ciudades y, básicamente, depende de las emisiones procedentes del tráfico”. Sobre la necesidad de un modelo más equitativo en el uso del espacio público, Alejandro del Castillo (n’UNDO) insiste en que “las ciudades están hechas sobre la prevalencia del automóvil privado” y propone que “la solución está en recuperar la ciudad que el coche ha roto y ha fragmentado”. Dialogando sobre cómo recuperar el espacio ocupado por el coche, Carlos Verdaguer (Gea21) recuerda que, tras el automóvil, la nueva redistribución de usos del espacio urbano habrá de hacerse mediante “un modelo en el que deseos y necesidades se consensuen colectivamente”.
Una sociedad más implicada en los cambios
La preocupación por la implicación de la ciudadanía en los cambios de modelo ha sido una constante en todos nuestros ciclos de Diálogos en La Casa Encendida. Pensamos que los cambios no se producirán sin movimientos ciudadanos fuertes y decididos y para ello es muy necesario difundir el conocimiento de los valores culturales y ambientales del territorio. En el ciclo que dedicamos a la revisión del Plan General de Madrid, José Luis Infanzón, director del Plan, defendió que en la planificación “no hay nada exclusivamente técnico, si hablamos de Madrid, hablamos de la ciudad, hablamos de la “polis” y todo lo que se refiere a la "polis"  es política, es un tema de los ciudadanos”. Ya en algunas de las primeras sesiones José María Ezquiaga (UPM) reclamó la “necesaria reconstrucción del vínculo entre el urbanismo y la sociedad”. Por otra parte, el filósofo José Segovia, presente en casi todos nuestros ciclos, insistía rotundamente en la necesidad de la implicación de la sociedad: “No hay nada que tranquilice más a los gobiernos que una sociedad descerebrada, descabezada, sin leguaje, el que no tiene lenguaje no piensa y el que no piensa no critica, se somete”. Desde la perspectiva del Derecho, Jorge Agudo(UAM) reclamaba la necesidad de “…tomarnos en serio la información pública. El ciudadano tiene que ir a decir lo que piensa y tiene que ser considerado”.
Los diez ciclos ya realizados, como los que se puedan desarrollar en el futuro, se inscriben dentro de una decidida acción de difusión ante la necesidad de la implicación social. En enero de 2020 comenzará en La Casa Encendida el ciclo XI de Diálogos sobre conflictos urbanos con “25 preguntas sobre el futuro de Madrid” y, como en ediciones anteriores, expertos profesionales, académicos, responsables políticos… debatirán sobre la necesidad de consensuar los cambios en los modelos de desarrollo urbano, las políticas de vivienda y la movilidad en nuestras ciudades.
JULIO VINUESA

miércoles, 23 de octubre de 2019

ACTO DE PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LA CIUDAD. ESPACIO COLECTIVO/INTERESES PRIVADOS”




El próximo 19 de noviembre (19:00) presentaremos en La Casa Encendida de Madrid el libro “La ciudad. Espacio colectivo/intereses privados”, publicado por la Editorial Tecnológica de Costa Rica y que agrupa quince trabajos de autores españoles y costarricenses, en relación con el ciclo de conferencias que bajo el mismo título se celebró entre 2016 y 2017 con sedes paralelas en La Casa Encendida y en el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Desde una perspectiva multidisciplinar se pone de manifiesto la confrontación de lo público y los intereses privados en la ciudad.

El acto consistirá en una mesa redonda en la que participarán:
-Elisa Hernández (Coordinadora de Medio Ambiente de La Casa Encendida)
-Julio Vinuesa (Catedrático Emérito de la UAM, como compilador del libro y codirector del ciclo “Ciudad. Espacio colectivo/intereses privados”)
-Jorge Agudo (Profesor titular de derecho Administrativo en la UAM) en representación de los autores
-Juan Barranco (Ex Alcalde de Madrid).

La presentación se enmarca en la tarea de promover la reflexión y el debate a favor de un uso más racional, equitativo y sostenible del territorio y como presentación del ciclo que el Grupo TRyS y La Casa Encendida celebrarán en 2020: “25 preguntas sobre el futuro de Madrid”.

Este es el tercero de los libros editados como resultado de ciclos realizados en años anteriores. En 2013 se presentó el libro "Reflexiones a propósito de la revisión del Plan General de Madrid"  y en 2016 el libro, editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, cuestión central. Autonomía y región metropolitana.


lunes, 21 de octubre de 2019

25 PREGUNTAS SOBRE EL FUTURO DE MADRID, XI Ciclo de Diálogos sobre Conflictos Urbanos en La Casa Encendida


Desde enero a mayo de 2020 el Grupo TRyS desarrollará un nuevo ciclo de Diálogos sobre conflictos urbanos en La Casa Encendida. En esta ocasión centraremos los debates pidiendo a los expertos participantes que nos ayuden a encontrar respuestas a “25 PREGUNTAS SOBRE EL FUTURO DE MADRID”.

Las ciudades son las personas que las habitan y los espacios construidos para su convivencia y para satisfacer necesidades de alojamiento, trabajo, movilidad, salud, educación, cultura, ocio... Las ciudades son lugares de encuentro y de oportunidades, pero también de segregación y desequilibrios. Viven en un permanente cambio, en busca de eficiencia económica y calidad de vida y afrontan serios retos de sostenibilidad. Nuestras ciudades se enfrentan a la urgencia de sustituir modelos ya obsoletos por otros que, aprovechando las ventajas de la revolución tecnológica, atiendan decididamente a la emergencia climática y den respuestas más eficaces a problemas crónicos como el de la vivienda o la desigualdad, en una sociedad cada vez más compleja, diversa y dinámica, que ha de hacer frente a la comercialización financiera de la ciudad.

Madrid, como todas las ciudades, es escenario de conflictos sobre los que resulta necesario dialogar, compartiendo conocimientos y confrontando opiniones con expertos, políticos y agentes sociales convocados para la discusión y la elaboración de propuestas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
JULIO VINUESA


martes, 1 de octubre de 2019

LA LARGA HUELLA EN EL TERRITORIO DE LAS VIVIENDAS SECUNDARIAS ILEGALES


Recomendamos la lectura del último artículo publicado por Eugenio Luis Burriel de Orueta en el nº 102 de la revista "Cuadernos de Geografía" de la Universidad de Valencia, sobre las residencias secundarias ilegales. 



Resumen
Los grupos de viviendas secundarias ilegales desarrolladas en España en el entorno de las principales áreas urbanas entre 1960 y 1985 han dejado una profunda huella negativa en el territorio que perdura casi medio siglo después y que en algunos aspectos resulta de muy difícil solución. Las principales consecuencias son desorden territorial, importantes impactos ambientales y paisajísticos, carencia o mala calidad de infraestructuras urbanas, servicios y equipamientos públicos, que acaban siendo una carga económica para la comunidad e incluso generando conflictos políticos que han complicado la gobernanza local. A partir del estudio del municipio de Gilet (Valencia), un ejemplo paradigmático de este proceso, se han analizado los impactos actuales en el territorio y los factores que los determinan. 
Los resultados obtenidos pueden generalizarse para otras zonas de España donde se desarrollaron estos grupos de viviendas. La ilegalidad sustancial de este peculiar mercado urbanístico español es la causa principal de esos problemas territoriales, de su perdurabilidad en el tiempo y de la dificultad para solucionarlos

INUNDACIONES ¿CAMBIO CLIMÁTICO O URBANIZACIÓN?

Nuevo interesante artículo de Antonio Zárate, en este caso para recordar la obligación de los poderes locales en imponer la racionalidad en los desarrollos urbanos. La fácil rentabilidad económica, el “desarrollismo”, el desprecio por las posibles consecuencias a largo plazo de “un urbanismo irresponsable y especulativo”, son la causa de una buena parte de los graves daños sufridos por la última gota fría. 



viernes, 16 de agosto de 2019

NUEVAS "REGLAS DEL JUEGO" PARA MADRID





















Artículo publicado en "EL PAÍS" 16/8/2019












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Otro de los mayores desafíos será reconducir los “nuevos barrios” por consolidar o por construir, que, frutos tardíos del urbanismo desarrollista del siglo pasado, se anuncian como “el Madrid del futuro”, pero que, para llegar a “formar ciudad”, tendrán que adecuarse a las necesidades de una sociedad distinta, con un modelo de movilidad diferente y mayores exigencias de eficiencia energética.
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martes, 30 de abril de 2019

DE LA OPERACIÓN CHAMARTÍN A MADRID NUEVO NORTE: ¿UN NUEVO INTENTO?


Se ha escrito mucho sobre las ciudades y desde hace mucho tiempo, pero cada vez es más complejo entender cómo funciona el desarrollo de las mismas. Su complejidad no significa en absoluto que sea un problema que únicamente son capaces de abordar los urbanistas.
Al menos en Madrid se ha podido demostrar con evidencia que los vecinos en algunos momentos del desarrollo de la ciudad, han tenido un protagonismo decisivo en el mismo. En la historia más reciente, en la mayor operación de vivienda que se hiciera en Europa en los años 80 del pasado siglo XX, conocida como “Barrios en Remodelación”, se pudo evidenciar que la participación de los vecinos, lejos de tecnicismos -aunque con apoyo técnico- demostró su capacidad de entender mejor que nadie qué modelo de desarrollo querían para su entorno más inmediato.
Como muy bien decía Jane Jacobs en 1961: “Los procesos que tienen lugar en las ciudades no son en modo alguno arcanos, comprensibles sólo para los expertos. Casi todo el mundo puede comprenderlos”[1]. Por tanto es de difícil comprensión que una operación urbana de tanta trascendencia para la ciudad como la Operación Chamartín, no haya tenido prácticamente participación de los ciudadanos, salvo algunos muy cercanos a la misma y desde un punto de vista muy técnico o con intereses en la misma. La sorpresa es mayor si percibimos que lleva intentando “ponerse en marcha” desde hace más de 25 años. Más adelante comentaremos ambos elementos: la participación y el interés para la ciudad, si es que existe.

UNA HISTORIA… ANTIGUA
A partir de la Ley de Expropiación Forzosa de 1879 y la Ley de Procedimiento de 1939 (que se transformaría en la Ley de Expropiación Forzosa de 1954), se expropian en 1944 los terrenos que sirvieron para el desarrollo de la Estación de Chamartín, y que en 1993 forman parte del proceso, complejo y dilatado en el tiempo, conocido como “Operación Chamartín” y que en los últimos 25 años se ha transformado en “Madrid Nuevo Norte”, como intentaremos explicar.
Ley de Expropiación Forzosa de 1954
“Decreto (de expropiación del suelo necesario para construir en Madrid las obras del ferrocarril Madrid-Burgos, la estación ferroviaria de Chamartín y sus accesos correspondientes) de 5 de noviembre de 1941 por el que se declara de urgencia la ejecución de las obras de la Estación de Chamartín y sus accesos”. No parece que fuera tan urgente, pues hasta enero de 1944 no se hace pública la relación de expropiados, en el término municipal de Chamartín de la Rosa, que más tarde fue anexionado a Madrid y que hoy es el Distrito de Chamartín. Así y todo las fincas no se ocuparon hasta 1949, 1950 y 1951.
Las leyes de 1879 y 1954 indican la obligación de devolver los terrenos a sus propietarios originales cuando cese la causa de utilidad pública. Son los llamados reversionistas y que ha sido utilizados como “argumentos”  en algún momento por los responsables políticos de la Operación Chamartín para ocultar su falta de capacidad de gestión, siendo benévolos.
No debemos olvidar que en el proceso de formalización de la Operación Chamartín, Renfe tenía un antecedente en funcionamiento, como era el Pasillo Verde Ferroviario (PVF), que puesto en marcha en 1989 por el alcalde Juan Barranco, desarrolló 8 km de túneles ferroviarios, la remodelación de la Estación de Príncipe Pío, la construcción de tres estaciones ferroviarias de cercanías, la ordenación de 1.500.000 mde suelo urbano en el centro de Madrid, 180.000 mde nuevas zonas verdes, tres polideportivos, tres aparcamientos de residentes y diversos equipamientos dotacionales. Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), sobre el beneficio social del PVF, indicó, que en términos económicos, dicha operación tuvo unos ingresos de 46.800 millones de pesetas y 44.750 millones de pesetas de gastos. Ello indica que se hizo, no sólo sin costarle dinero a las administraciones, sino con un beneficio por encima de los 2.000 millones de pesetas. Dicho estudio completaba el análisis diciendo que la Tasa Interna de Retorno había supuesto un 58% descontada la inflación, además de la satisfacción social de los vecinos de Arganzuela. 
En 1993 RENFE decide emprender una operación de características parecidas en el norte de la ciudad con el fin, fundamentalmente, de modernizar dicha infraestructura ferroviaria y poner fachada a una estación que no la tenía y que desde sus orígenes había estado encajonada y medio oculta. Dicha operación es la que pasará a conocerse como Operación Chamartín y en la que a estas alturas no se ha colocado un “raíl” nuevo. Eso sí, a su costa se han escrito toneladas de papel, cientos de horas de imágenes de informativos de televisión y alocuciones de radio.
La operación se realizó, inicialmente, bajo el impulso de la que otrora fuera concejala del Ayuntamiento de Barcelona y posteriormente presidenta de RENFE, Mercè Sala Schnorkowski, que en lugar de asegurar el desarrollo de la operación basándose en la experiencia del PVF, prefirió realizar un concurso para adjudicar los derechos devenidos de dicha operación, inicialmente sin contar con las administraciones, que recibirían esa transformación de la ciudad, y por tanto necesarias en la gestión, como eran el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid.
A la fecha de convocatoria del concurso, 2 de marzo de 1993, el Plan General vigente en Madrid era el de 1985, lo que significaba que para usos de vías e instalaciones ferroviarias vinculadas al ferrocarril la edificabilidad era de 0,7m2/m2. La titularidad de suelo que forma parte del concurso para la Operación suponía un aprovechamiento total de 187.358 m2, de los 625.211 m2que RENFE saca a concurso[2].
Inicialmente los medios de comunicación estuvieron divididos en torno a la bondad de la operación. El ABC se posicionó claramente en contra, mientras que El País lo hizo a favor. Más tarde, sorprendentemente, según pasó el tiempo y no “arrancaba” la Operación, todos se situaron favorablemente sin prácticamente preguntarse a lo largo de 25 años cómo es que el adjudicatario no cumplía con lo acordado en el concurso. Pero como cita Jesús Espelosín en su libro, sobre lo que dice Barbara Tuchman en “La marcha de la locura: la sinrazón desde Troya hasta Vietnam”: “nada es más injusto que juzgar a los hombres del pasado por las ideas del presente”.
Realmente, toda esta Operación se inicia con muy poca crítica, una de ellas será del exalcalde de Madrid, Juan Barranco, que planteó algo de sentido común, pues si se trataba de una operación de alcance para el conjunto de la ciudad, por lo que RENFE obtendría unas saneadas plusvalías, bueno sería que eso redundara en beneficio del conjunto de la ciudad, donde la compañía tenía instalaciones importantes que requerían actuaciones de adecuación al entorno y desarrollo de la ciudad. Por eso Barranco hizo unas declaraciones en la que “se quejó de que RENFE se haya olvidado, con este proyecto, de hacer ciudad y recuperar espacios ferroviarios tan degradados como el Arroyo del Abroñigal o Villaverde”.
El concurso finalmente lo “ganó” Argentaria (actualmente integrada en BBVA, con Operación Chamartín inclusive). No vamos a analizar pormenorizadamente el tema pues es evidente, con muy poco que se le dedique, que no se sostiene que una operación del calado urbano como la que comentamos se adjudique a un banco, por mucho apoyo que tuviera de su inmobiliaria Unitaria S.A., cuya dedicación era la gestión de los activos inmobiliarios de dicho Banco. Frente a ofertas como PACSA, que terminó integrándose en ACS, propietario del mayor constructor del mundo (Dragados-Hochtief), o por Cubiertas y Tejados y MZOV S.A. Dragados y Construcciones S.A., FCC S.A., Ferrovial S.A. y Vallehermoso S.A. Creo que sobran los comentarios y la necesidad de un riguroso análisis para saber que no parece un acierto la adjudicación, sobre todo viendo que tras 25 años no se ha movido ni una vía.
En marzo de 1997 se realizó una adecuación del documento de adjudicación, donde la superficie pasó de 625.211 m2a 1.850.000. Es inexplicable que no se realizara un nuevo concurso de adjudicación. Es evidente que se trataba de una operación puramente virtual, un producto económico que es lo que debería interesar a un banco como gestor. En este proceso “virtual” algo debió inquietar a los representantes políticos obligándoles a moverse y constituir en 1997 el Consorcio Urbanístico Prolongación de la Castellana, donde no estaban ni RENFE ni DUCH (empresa constituida por Argentaria y Constructora San José), a la sazón titulares de una parte importante del suelo y de los derechos del concurso de 1993 y la adecuación de 1997). En dicho Consorcio estaban representadas las tres administraciones públicas responsables de la Operación: Ministerio de Fomento, Ayuntamiento de Madrid y Comunidad de Madrid. Pero tampoco fue capaz de ejecutar un centímetro de la Castellana, de tal forma que en noviembre de 2011 se propuso la disolución del Consorcio.
Habían transcurrido nada menos que 18 años y únicamente se había convertido, aparentemente, en un productor de noticias “falsas”, un producto básicamente financiero, donde no se sabía ni de su estrategia, ni de los objetivos y para qué hablar de concreciones del proyecto. Las administraciones a lo largo de todo este proceso, lejos de intentar definir lo que era necesario hacer, se dedicaron a “situar” actuaciones de su responsabilidad con cargo a la plusvalía esperada de la operación.
A todo esto, nadie contemplaba los derechos de reversión que había sobre una parte importante del suelo de RENFE. Es difícil de entender que no se resolviera a tiempo[3]
En algún momento, se plantean las “peticiones” de las distintas administraciones de  más edificabilidad frente a la necesidad de financiar las infraestructuras. La Operación no tenía que costar ni un euro a los madrileños. La demagogia parecía haberse adueñado de los responsables de la operación que, junto con el banco adjudicatario,  se habían instalado en una “operación virtual” o, como ahora se denomina, “realidad aumentada”. 

¿…Y LA PARTICIPACIÓN?
Los primeros 15 años nunca hubo participación de los vecinos en el proceso, y sólo con motivo de la tramitación del Plan Parcial de Reforma Interior Prolongación de la Castellana, se presentaron 113 alegaciones. Sorprende que la mayor operación urbana que se estaba elaborando en Madrid, no hubiera contado con la participación de los ciudadanos. Puede obedecer a dos cosas, o que en realidad nadie sabía de qué se trataba o nadie creía que se iba a desarrollar. Para más evidencia en el año 2003 hubo elecciones municipales y autonómicas. Ninguno de los candidatos habló de la Operación Chamartín.
Lo único concreto sobre la Operación Chamartín más Prolongación de la Castellana, operaciones unificadas, es lo que el Nuevo Plan General de 1997 indica en la ficha del Área de Planeamiento Remitido (APR) 08.03, que plantea como objetivos:
-Prolongar el Paseo de la Castellana entre la M-30 y M-40 como gran eje urbano.
-Eliminar el efecto barrera del sistema ferroviario con la remodelación de la estación de Chamartín, posibilitando la relación este-oeste de la zona norte de Madrid.
-Ordenar los usos complementarios y compatibles con el sistema ferroviario.
-Posibilitar la gestión diferenciando los ámbitos de ejecución necesarios para equidistribuir cargas y aprovechamientos según justifique el planeamiento.
Por primera vez se sabe desde un punto de vista sólido y técnicamente solvente, qué es lo que se quiere hacer en toda esa “creciente” operación del norte de Madrid.

“FAKE NEWS” O REALIDAD VIRTUAL
Entre tanto los responsables políticos de las Administraciones públicas, en su huida hacia la demagogia, se demandaban a sí mismos un equipamiento olímpico (Madrid quería ser sede olímpica), centros de alta representación (no se sabe ni para qué) aprovechando la construcción de “una docena de edificios emblemáticos que jalonen la Castellana y ofrezcan la mejor arquitectura…”, es decir rascacielos, a propuesta del gobierno regional, no se sabe si querían homologar Madrid con Manhattan o con Benidorm.
Lo concreto es que hasta la fecha los únicos rascacielos del nuevo “skyline” de Madrid, que esos están físicamente desde hace unos años, no son virtuales. Además los responsables políticos querían infraestructuras, un nuevo museo de la Castellana, tren a Barajas, ICADE, Campus de la Justicia… Un enloquecimiento de peticiones para la zona sin tener en cuenta que Madrid era algo más que esta operación. Parece que nadie tenía en la cabeza que dicha operación había nacido en la crisis de 1993 y no pensaban que otra crisis, mucho más contundente, aparecía en el horizonte.
Lo sorprendente en todo este es ¿por qué ningún medio de comunicación se preguntó por los objetivos específicos de la Operación? ¿Por qué no se hizo nunca un seguimiento de los compromisos políticos que se adquirían? Los cambios legislativos, normativos y modificación del Plan General a favor de la Operación, no produjeran ninguna “investigación” periodística que se preguntara por los cambios en los parámetros de la Operación Chamartín. Parece que solo interesaban los titulares de prensa como “La Gran Vía del siglo XXI”, “Chamartín, el Wall Street del siglo XXI” u “Operación Chamartín, día 1”, entre otros.

LA “CODICIA” ANTES QUE LAS NECESIDADES DE LA CIUDAD
Argentaria y DUCH (BBVA), han fabricado con la Operación Chamartín uno de los “productos bancarios” más complejos en la historia del urbanismo madrileño e incluso europeo. Un modelo basado en los actuales parámetros de la “economía financiera”, donde esta operación que todavía no ha movido un ladrillo, ya contabiliza, según ofreció el Barómetro de Economía del Ayuntamiento de Madrid, en 2010, una inversión de 11.100 millones de euros y la creación de cerca de 35.000 empleos.
Las instituciones y grandes corporaciones se empeñan en “hacer caja” con cargo a la ciudad y no en hacer ciudad. El Pasillo Verde Ferroviario hizo ciudad y caja. La Operación Chamartín-Prolongación de la Castellana parece que solo pretende hacer caja, pues nada se habla de solucionar estas plusvalías otros espacios de la ciudad, tal como reclamó en 1993 el ex-alcalde Barranco para Entrevías y Villaverde.
Era evidente que en la “adjudicación” se estaba organizando el fracaso para la ciudad, al ponerla en manos de una constructora de segundo nivel y un banco más dedicado a la “operativa” administrativa y virtual, que a la transformación de la ciudad.
Cuando todo parecía favorecer el comienzo de la operación, con las tres administraciones implicadas de acuerdo, un “último problema” ha aparecido de la mano de la Comunidad de Madrid, que no es capaz de aclarar en qué consiste, aunque sería fácil argumentar que Madrid no necesita este desarrollo. Tendremos que concluir diciendo que afortunadamente no se les ha ocurrido quitar las vías y que los trenes puedan seguir funcionando.
En este proceso es evidente lo que hace unos días tuve la oportunidad de escuchar a Bichara Khader “hacen noticias, no hacen historia”[4].    José María de la Riva





[1]Jacobs, J. “Muerte y vida de las grandes ciudades”. Ed. Capitán Swing. Tercera edición. Madrid, 2013, pg. 480.
[2]Para más detalle de todos estos elementos recomiendo el libro “Operación Chamartín. Historia de una realidad virtual” de Jesús Espelosín, en la editorial Ediciones Irreverentes, S.L., base del presente artículo.
[3]Recomiendo para profundizar en el proceso de los reversionistas leer el libro ya citado “Operación Chamartín. Historia de una realidad virtual”, donde al final del libro pueden encontrar un “Manual de reversionismo”.
[4]Khader, B. en el programa de radio “A vivir que son dos días” de la Cadena SER (31/03/2019) https://play.cadenaser.com/audio/001RD010000005483863/

miércoles, 27 de marzo de 2019

GENTRIFICACIÓN Y DERECHO A LA CIUDAD

Recomendamos la lectura del artículo publicado por GAIA REDAELLI en Seres Urbanos.

Gaia Redaelli fue ponente en la sesión del pasado día 21 dentro  de nuestro curso Diálogo sobre conflictos urbanos  en La Casa Encendida


lunes, 18 de marzo de 2019

BOBO

BOBO (Contracción de las palabras francesas bourgeoisebohème)

¿UN NUEVO PARADIGMA[1] PARA LAS CIUDADES?
Es posible que estemos presenciando, sin percibirlo con claridad, un cambio de modelo en las ciudades. Asistimos diariamente a críticas sobre los esquemas tradicionales con los que se han desarrollado. Ponemos “patas arriba” todo lo que hasta aquí creíamos avances en el uso de la ciudad, elementos que pensamos que nos dan más comodidad, que nos sitúan en lo que, como se ha puesto de moda, llaman “entorno de confort”.

“ULTRAMARINOS” Y “CARRUAJES”
Hay apuestas decididas que nos llevan a unas nuevas formas de usar la ciudad. Los nuevos modelos de distribución, viendo como han desaparecido los “ultramarinos” y han aparecido grandes superficies, nos llevan a pensar en la necesidad de recuperar el comercio de proximidad. Debates y conflictos intensos en el modelo de transporte, donde hemos pasado, no hace tanto, del carruaje con tiro de sangre al motor de explosión y ahora al “smartcar”. Posiblemente la polémica entre el uso del taxi o los VTC esté encubriendo un cambio más profundo. En España tenemos 66.000 licencias de taxi y 13.431 de VTC, según el Ministerio de Fomento, pero prácticamente hay un mínimo de un automóvil por familia. Encontramos nuevos elementos de competencia y uso de la movilidad de las personas, en conflicto con la moto y coche tradicional, como son los patinetes y bicicletas eléctricas.
Durante mucho tiempo, especialmente para los jóvenes, el coche y la moto en propiedad era un signo de capacidad económica, al tiempo que un elemento de libertad. Esto ya no es tan evidente, pues la aparición del “sharing” (moto y coche) en las grandes ciudades, que no en los ámbitos rurales, hace que se debilite ese fenómeno. Por poner alguna cifra, en Madrid y Barcelona hay 7.000 motos de compañías de “motosharing”. Es de gran importancia en las pautas de consumo el desarrollo de internet y la aparición de nuevos servicios.
Una tercera parte del consumo energético en las grandes ciudades es debido al transporte, en estos momentos, pero si lo proyectamos, en las mismas condiciones, hasta el año 2030, podría alcanzar el 50%. Ya hay soluciones que están empezando a funcionar y que van a suponer no sólo ahorro de energía, autobuses, vehículos sobre raíles (trenes, cercanías, tranvías), coches compartidos y sin conductor, sino que a corto plazo empezaremos a tener espacio “liberado” por el automóvil, para el que debemos ir pensando en nuevos usos. China, de quien todos pensamos que es uno de los territorios donde más se contamina, tiene ya un parque de autobuses eléctricos del 20% y la ciudad de Pekín quiere alcanzar el 80% el próximo año 2020.

DEL “CARDO” Y EL “DECUMANO” A LAS SOCIMI
En los últimos decenios nos hemos “convencido” de que hemos estado instalados en la compra de vivienda para alojamiento, cuando la realidad es que se trata de un fenómeno ligado al despegue industrial de los años 60 del pasado siglo, como consecuencia de las políticas de vivienda de la dictadura.
Uno de los nuevos fenómenos o procesos que han irrumpido con fuerza en las grandes ciudades es la “turistificación”, fenómeno complejo y con diversas caras en su realidad cotidiana, pues es una mezcla de nuevo modelo de consumo turístico, ligado a elementos de consumo de servicios de la ciudad, sin el retorno esperado, así como a un nuevo escenario de inversión que, aparentemente, no genera beneficios evidentes para la ciudad, sino todo lo contrario.
Esto nos lleva a analizar cómo opera la industria constructiva en las ciudades. Observamos que la misma, lejos de resolver el problema del alojamiento, cada vez que se vincula más a una estructura de inversión, pues la decisión en este marco se hace evidente, dado que la actividad bancaria ofrece por un depósito a plazo tan sólo el 0,1% de interés. El Banco de España dice que la rentabilidad bruta del alquiler es del 4%, que sumado a la revalorización y restando los gastos que no repercuten en los inquilinos, nos encontramos con un beneficio neto de entre el 2% y 2,5%. El diferencial sobre lo ofrecido por las entidades financieras es abismal. UDA (Urban Data Analytics) sitúa la rentabilidad en el 8% para el año 2018, aunque Colonial y Merlin se acercan más a lo afirmado por el Banco de España, con rentabilidades que van del 2,5% al 4,5%.
Es evidente que la opción mayoritaria pasa a ser la adquisición de viviendas para alquilar, que se concentra en cuatro millones de ahorradores, e incluso en las SOCIMI que van consiguiendo suficiente confianza en el mercado de inversión.

DE LA VELA AL LED
A finales del siglo XIX, las ciudades incorporan una de las transformaciones más evidentes: la electricidad. El gran negocio de las industrias de energía se centra de forma muy importante en las ciudades. Este proceso de consumo energético, sin límite, ha desencadenado uno de los problemas de contaminación más serios para las ciudades y para el mundo en general.
A estas alturas la mayoría de las grandes ciudades, especialmente, trabajan denodadamente por conseguir tener una energía limpia, pues ya son conscientes de su gran responsabilidad en el cambio climático. Hay multitud de agentes pensando cómo resolver uno de los problemas más complejos que hoy tienen los grandes conglomerados urbanos.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), plantea que hay que, prácticamente, “resetear” todo el sistema energético. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), dice algo que se viene planteando desde hace muchos años, que conviene que el sistema de producción de la energía se integre donde se consume.
Espacios aparentemente alejados de nuestra percepción modernizadora como la población de Diu (India), se está abasteciendo totalmente con energía solar. Aunque según IRENA no es sólo producir energía más limpia, se trata, fundamentalmente, de consumir menos cantidad, que supone el mejor ahorro.
Recientemente la legislación europea intenta incorporar una figura muy significativa en el cambio de modelo energético: el prosumidor (productor/consumidor). Una figura que puede significar un cambio vital para el cambio de modelo ciudadano, pues en 2018 el autoconsumo supuso el 90% de los nuevos 261’7MW de energía solar fotovoltaica, lo que significa un crecimiento del 94% sobre 2017, según informa UNEF (Unión Española Fotovoltaica).

HACIA UNA NUEVA RENOVACIÓN DEL USO Y DESARROLLO DE LAS CIUDADES
Finalmente conviene analizar todo este conjunto de elementos que cambian los parámetros con los que desde hace siglos se vienen desarrollando las ciudades. Muchas veces los debates los “oscurecemos” buscando “atajos” con los que dar soluciones más aparentes que de fondo.
¿Nos encontramos ante nuevos conceptos o nuevos fenómenos, nueva terminología o nuevos procesos? Gentrificación y turistificación, han irrumpido como dos nuevos grandes problemas en las ciudades, especialmente las de gran tamaño. Pero, ¿son realmente estos problemas concretos o, evidentemente, como decíamos al inicio, se trata de un nuevo cambio de paradigma? Ya empieza a haber literatura abundante sobre estos fenómenos, pero lo que es más evidente es que la estructura de la gentrificación está dominada por lo que pudiera ser una “nueva clase” dominante, que está sustituyendo a la tradicional clase media, que reside en las grandes ciudades, en espacios gentrificados y que políticamente tiene ideologías liberales o progresistas. Lo que pone de manifiesto el avance del neoliberalismo y, sobre todo, se posicionan económicamente en las lógicas del mercado.
El dominio de la gentrificación hace que sus titulares se comporten como lo han hecho tradicionalmente los más poderosos, las élites y por tanto aquellos que trabajan para las mismas, pero que quieren políticamente distanciarse, aunque su comportamiento sea muy parecido.
Uno de los elementos que se percibe en esta “nueva clase” es su incorporación en el modelo dominante. La gentrificación hace que se produzcan similitudes entre los protagonistas de estas nuevas posiciones en las grandes ciudades, que nada tienen que ver con habitantes con capacidad económica similar en los espacios rurales.
El geógrafo francés Guilluy, en su ensayo “El fin de la clase media occidental” plantea que la clase media va siendo cada vez más frágil por la mundialización. Nos encontramos pues con una consecuencia de gran importancia, la sustitución de muchos elementos y protagonistas en el desarrollo de nuestras ciudades. No conviene seguir “oscureciendo” el debate con términos y conceptos, porque el problema tiene mucho más calado. 
José María de la Riva






[1]Según el diccionario de la RAE “teoría o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento”.

lunes, 4 de marzo de 2019

NUEVA AMENAZA DEL DESARROLLISMO URBANÍSTICO SOBRE TOLEDO

Recomendamos la lectura del artículo publicado por el profesor ANTONIO ZÁRATE denunciando una nueva amenaza del desarrollismo urbanístico en TOLEDO. Es muy meritoria la defensa que Antonio Zárate viene haciendo “…de los valores patrimoniales, medioambientales y paisajísticos que hicieron posible la inclusión de Toledo en la lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad”. Pero, sobre todo, es muy recomendable su lectura por el carácter magistral de sus argumentos.

 












domingo, 3 de marzo de 2019

EL MERCADO DE VIVIENDA INSISTE EN EL ERROR


Los mismos objetivos, las mismas propuestas, siguen reclamando los responsables de las empresas inmobiliarias, a pesar de la experiencia que en 2008 supuso el “batacazo” más importante del proceso inmobiliario, en España de forma especial, pero también en EE.UU. Es evidente que nos encontramos en un proceso de menores dimensiones y, sobre todo, con menor posibilidad de contagio económico, que los precedentes de finales de los años 80 del pasado siglo y de 2008.

Tristemente percibimos cómo la experiencia no ha servido para articular nuevas políticas, y casi todas las recomendaciones se siguen aferrando a “viejas recetas” fracasadas en otros momentos, pero que los responsables del sector siguen empeñados en recomendar toda una gama de subsidios con los que tener la posibilidad de adquirir una vivienda. En los Presupuestos Generales del Estado se sigue insistiendo en capítulos destinados al acceso a la vivienda y al fomento de la edificación. Si esto se destinara realmente a nuevas políticas, lo interesante sería pensar en trasferencias a los municipios que desarrollen iniciativas tendentes a producir VIVIENDAS PÚBLICAS que permitan actuar realmente como instrumento de carácter social para paliar el problema de aquellas personas con dificultad para conseguir un alojamiento, y conseguir no es comprar es satisfacer una necesidad de forma permanente o coyuntural.

Va siendo hora de que cambiemos las reglas del juego y que el conjunto del Estado (Administración Central, CC.AA. y Ayuntamientos) se decidan a optar por desarrollar un parque inmobiliario público que realmente sea un colchón que resuelva problemas de forma estructural, sin desprenderse de las plusvalías que se generan en los desarrollos realizados, y que, además, influyan en el precio de los alquileres de una forma realista y no con fórmulas que el “mercado” nunca va a permitir. 
José María de la Riva