En la línea apuntada por el Gobierno desde su constitución, la propuesta de Presupuestos Generales del Estado de 2019 confirma incrementos de las partidas destinadas a vivienda. Las cifras anunciadas suponen crecimientos importantes, pero nos mantienen lejos de lo que se dedica en países de nuestro entorno.
Se anuncia también la adopción de medidas paliativas con las que se pretende controlar el aumento excesivo de los precios del alquiler, especialmente en las zonas urbanas con mercados “más tensionados”. En este caso serán especialmente novedoso los desarrollos normativos que facultarán a los ayuntamientos para elaborar unos índices de precios del alquiler. Muy positiva puede ser la asunción de competencias en materia de vivienda por parte de los ayuntamientos. Los problemas con la vivienda tienen componentes locales y es en ese ámbito donde deben hacerse diagnósticos precisos para aplicar medidas y tratamientos específicos.
Sin embargo, se cuestiona la eficacia de este tipo de medidas. Se dice que los ayuntamientos podrán elaborar y revisar periódicamente índices de referencia de precios de alquiler mediante una metodología objetiva. Pero, como se sabe, el precio de la vivienda no sólo depende de su localización, hay otros muchos atributos de la propia vivienda, del edificio, del entorno urbano…, que conforman una realidad extremadamente compleja y difícilmente objetivable.
Tampoco será fácil delimitar las “zonas tensionadas”, que tendrán parques de viviendas muy heterogéneos, ni evitar los "efectos frontera" que se producirían.
Si la tensión al alza de los precios se produce por una intensificación de la demanda, muchas veces generada desde fuera de la zona objeto de la regulación, y no necesariamente vinculada a la necesidad de una vivienda permanente, los efectos que podría tener intentar limitar la subida de los precios no serán sólo, ni necesariamente, los perseguidos. Las experiencias al respecto de París y Berlín pueden ser muy ilustrativas.
En todo caso, al margen de las medidas más o menos coyunturales que puedan intentar corregir situaciones de “emergencia social”, la solución a los problemas derivados de la carestía de la vivienda pasa necesariamente por la existencia de parques de vivienda a precios asequibles, bien sean de gestión pública, privada o mixta.
JULIO VINUESA
Recomendamos leer los extensos comentarios que Javier Burón ha publicado en su Blog LEOLO sobre las medidas en materia de vivienda anunciadas.
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