lunes, 13 de mayo de 2024

LA VIVIENDA COMO FACTOR ESENCIAL EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y EN LA INTERNACIONALIZACIÓN DE MADRID


La Universidad Carlos III y el Ayuntamiento de Madrid organizan una Jornada sobre la Internacionalización de Madrid en la que se me encarga que exponga algunas ideas sobre la “sostenibilidad de la vivienda”.


En síntesis, estas han sido las ideas que he tenido la oportunidad de exponer:

El concepto de “VIVIENDA” es poliédrico, hay que observar a la vivienda desde distintas perspectivas y con distintos objetivos. Si nos centramos en el desarrollo sostenible hay que considerar que:

  •      Disponer de una vivienda es un derecho humano reconocido con carácter universal
  •      La vivienda es una porción del espacio urbano de uso privado y, en conjunto, suponen la mayor parte de la superficie construida. 
  •      De las características de la vivienda depende la calidad de vida de las personas.
  •      La vivienda es un activo económico y puede ser una inversión o una forma de ahorro. El sector inmobiliario tiene un gran peso en el PIB de la ciudad y gran incidencia en las Haciendas Locales.

También el concepto de DESARROLLO URBANO SOSTENIBLE requiere algunas puntualizaciones: Generalmente el desarrollo urbano se identifica con los procesos de crecimiento espacial, económico y demográfico, pero ese planteamiento es claramente contrario a la sostenibilidad.  El desarrollo urbano para que sea sostenible debe suponer: mayores niveles de equidad, mayor eficiencia económica, mejoras en la satisfacción de los derechos básicos de las personas (vivienda, sanidad, educación, trabajo… ) y ha de producirse dentro del marco de los objetivos de la Agenda 2030. 

Para que el desarrollo urbano sea sostenible sus viviendas han de ser asequibles económicamente. Es decir, no deben estar por encima de la capacidad de renta de sus residentes, no evolucionar por encima de los salarios. Una oferta de vivienda excesivamente cara repercute al alza en los salarios y termina incidiendo negativamente en la eficiencia económica de la ciudad, lo que actuará como un factor negativo de localización, haciéndola menos competitiva y poniendo en cuestión su internacionalización.

Cuando la vivienda no es asequible el desarrollo de la ciudad se hace insostenible en términos sociales. El precio de la vivienda va a acentuar los desequilibrios socio-espaciales y puede convertirse en el principal factor de exclusión. Hay pocos procesos más insostenibles que el crecimiento de las desigualdades.

En otro orden de cosas, la industria de la construcción de viviendas nos enfrenta, de una manera muy directa, a la sostenibilidad medioambiental. El crecimiento espacial debe adaptar el consumo de materias primas: en primer lugar el suelo, que es imprescindible y limitado. Tanto el sector inmobiliario como las administraciones públicas deben corregir sus actitudes desarrollistas, dejando de actuar como si el suelo urbano, el territorio, estuviera destinado a construirse sobre él lo más posible y lo antes posible, hasta su total colmatación. Es una actitud desarrollista que se mantiene durante decenios y que es claramente opuesta a la sostenibilidad. 

La industria de la construcción, de la mano de las nuevas tecnologías, debe avanzar con rapidez en la reducción de la “huella de carbono”, desde el diseño de los proyectos, las materias primas utilizadas y el consumo de energía en la edificación. También hay que seguir avanzando en optimizar la eficiencia energética en la utilización de las nuevas viviendas, con el objetivo de que lleguen a tener “consumos cero”. Objetivo necesario para el medioambiente y conveniente económicamente para los usuarios. 

Pero el mayor reto está en actuar sobre el parque inmobiliario existente, con unos niveles de eficiencia energética muy por debajo de los estándares necesarios para aproximarnos a los objetivos de la Agenda 2030. Es prioritario mejorar la eficiencia energética de las viviendas que conforman la mayor parte del parque residencial de nuestras ciudades. 

En conclusión:

  • Las viviendas, el parque residencial en su conjunto, juega un papel fundamental en la sostenibilidad y la internacionalización de Madrid. 
  • No será sostenible una ciudad en la que crezcan las desigualdades que propicia un mercado de vivienda excesivamente caro.
  • La vivienda mas sostenible es la que no se construye. Hay que tender a construir sólo las viviendas en función de las necesidades: qué viviendas, dónde y para quien. 
  • Es necesario reducir la huella de carbono del proceso de construcción y mejorar la eficiencia energética de todo el parque residencial existente.
Julio Vinuesa

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