Los modelos de planificación urbana y de gestión urbanística, instaurados en España con la Ley del Suelo de 1956 y modificados en sucesivas leyes estatales y de las diferentes Comunidades Autónomas, requiere un replanteamiento radical. Son modelos que han permitido y siguen propiciando planteamientos desarrollistas a ultranza y que, en la mayor parte de los casos, han permitido actuar de espaldas a la más elemental racionalidad en el uso del territorio, desde el desprecio a la sostenibilidad y a la defensa del interés general, y que en absoluto han evitado la especulación, que tanta incidencia negativa tiene sobre el mercado de la vivienda.
Traemos aquí, como constatación de este fracaso el ejemplo del denominado Plan Especial de la Vega Baja de Toledo, en el que la defensa de unos aprovechamientos urbanísticos mal concedidos se va a imponer a la defensa de la identidad de Toledo y su calificación por la UNESCO como Ciudad de Valor Universal Excepcional
Recomendamos la lectura de estos dos artículos publicados recientemente por el geógrafo Antonio Zárate, de la Plataforma Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura, en los que queda claramente constatado que no son compatible la defensa del patrimonio y los actuales modelos de planificación y gestión urbanística que, como en tantos otros casos, propician “un urbanismo despilfarrador y destructor de elementos identitarios que también son patrimonio de la humanidad”. (JVA)
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ICOMOS y, muy recientemente, La Real Academia de Bellas Artes también han mostrado su preocupación por la gestión urbanística en la Vega Baja
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