Tercera Sesión del Curso
“¿Qué puede hacer el PG para mejorar la economía de los madrileños?” ha sido el tema de la tercera sesión del curso: “La Revisión del Plan General: ¿Una oportunidad para participar en el futuro de Madrid?”.
Participaron Daniel de la Sota Rius, Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quien tiene a su cargo el Departamento de Innovación y Nuevas Tecnologías de CEIM (en sustitución de Arturo Fernández Álvarez quien no pudo asistir por un imprevisto profesional) y David Bustos Tapetado, Licenciado en Geografía por la UCM, actualmente Jefe de Servicio en el Observatorio Económico del Ayuntamiento de Madrid dentro del Área de Gobierno de Economía, Empleo y Participación Ciudadana (en sustitución de Bernardino Sanz Berzal quien no pudo asistir por razones personales de fuerza mayor). José Antonio Herce San Miguel, profesor de Economía en la Universidad Complutense y Consultor Asociado – Afi moderó la sesión.
¿Qué puede hacer el PG para mejorar la economía de los madrileños?
Esta sesión se centró en debatir sobre cómo el Plan puede conseguir nuevas oportunidades económicas. El moderador dio inicio con una reflexión sobre la ciudad de Madrid, como una ciudad que se expresa económicamente a través de múltiples funciones, desde iniciativas de gran calado a otras menores, pero que en conjunto configuran la economía ciudadana. Las funciones económicas se expresan desde el ámbito privado y público, así como también desde la integración de ambas, el espacio colectivo.
Los servicios que reciben los ciudadanos y los profesionales tienen una variable espacial que lleva inmersa tanto una economía municipal como territorial. Actividades productivas y relacionales necesitan espacios, movilidad y herramientas que se configuran desde la ciudad para dar servicio al plano urbanístico, territorial, productivo y económico.
Por tanto al realizar la pregunta de ¿Qué puede hacer el PG para mejorar la economía de los madrileños?, las normas urbanísticas no deben constreñir las funciones de la ciudad, sino apoyarlas y acompañarlas. Uno de los primeros obstáculos es la temporalidad, los filtros administrativos e institucionales provocan el riesgo de reducir la potencialidad de las normas implantadas. En el proceso también aparecen distintos agentes que cambian el rumbo de los planteamientos iniciales.
Un plan establece lo que se puede y no hacer, desde lo espacial a lo funcional. La industria por ejemplo con el paso del tiempo ha provocado cambios sustanciales sobre la manera de impactar el territorio, actualmente puede funcionar sobre el suelo de forma combinada con otros usos. Por ello, ¿en qué medida el PG puede generar empleo? o ¿qué nuevas formas de expresión urbanística son factibles en la ciudad?, son otras de las respuestas que se plantearon.
Elementos que imposibilitan la eficacia del Plan son la temporalidad, pero también los excesos cometidos anteriormente en el plano productivo, por ello se deben buscar nuevos caminos que generen oportunidades de lograr consensos y marcos más flexibles dentro del cumplimiento de las diferentes regulaciones que promuevan el desarrollo económico de la ciudad.
Daniel de la Sota Rius, inició su participación reflexionando en torno a cómo las grandes áreas metropolitanas van a representar en el siglo XXI una altísima concentración de población, esto genera una enorme presión sobre las infraestructuras que dan soporte a la convivencia humana. De ahí el reto para el sector privado será generar empleo para todos esos habitantes, así como satisfacer el consumo energético, ahí es donde el mundo empresarial debe tomar su posición para dar solución a estas demandas de desarrollo.
Integrar todos los componentes en una ciudad como Madrid es uno de los principales retos. El desarrollo tecnológico de posibilidades crecientes ofrece un espacio de trabajo amplio para las empresas. El PGOU debe ser una herramienta que funcione como guía para este cambio hacia una ciudad inteligente.
Uno de los retos es ¿cómo hacer compatible las industrias con los barrios? El crecimiento residencial ha ido absorbiendo las zonas industriales, pero desde la CEIM apoyamos el mantenimiento de este espacio industrial, con correcciones que reduzcan los impactos por medio del uso de la tecnología, además de adaptar las distintas necesidades de las industrias por medio de diversas tipologías.
EL PGOU debe dar respuesta como una herramienta flexible, bien coordinada, que brinde fiabilidad y seguridad jurídica. Las áreas industriales tienen que dar respuesta a las personas, a sus necesidades, adaptadas a los cambios tecnológicos.
Desde la CEIM se cree necesario simplificar la normativa del PGOU, éste debe contar con el establecimiento de los planteamientos estructurantes del territorio, que definan el modelo de ocupación del suelo, así como los elementos fundamentales de la estructura urbana y territorial.
Respecto a la pregunta realizada por José Antonio Herce, sobre la flexibilidad, ¿cómo se entiende desde la CEIM este concepto en relación a los nuevos espacios económicos?
La flexibilidad debe tener muy claro los criterios, la normativa debe reducirse, no se puede rodear al empresario de normas que quedan en desuso con el paso del tiempo. No se trata de permisividad, sino que el plan debe fijar unos mínimos que no se pueden saltar, pero aquello que no esté expresamente prohibido pueda realizarse dentro de ese marco.
En relación a los polígonos industriales, como zonas productivas, Madrid no debe perder estos espacios ya que la industria genera valor, empleo, es altamente innovadora y posee la capacidad de conectarse con el mundo a través de la tecnología. Los espacios industriales deben dar respuesta a las necesidades de las empresas por medio del uso de la capacidad prospectiva del plan.
Respecto a la pregunta de ¿en qué medida la revisión del PGOU está contemplando la realidad de tener una funcionalidad compartida del territorio con otras administraciones de distinta escala?
No podemos olvidarnos de lo más cercano a Madrid; de otras ciudades con gran cantidad de población, con necesidades de movilidad, con grandes parques empresariales y universitarios, así como industria de altísima tecnología (aeroespacial, biotecnológica, TIC, entre otras.).
Daniel Bustos Tapetado, en torno a la pregunta de ¿por qué se revisa el PG desde el punto de vista de la economía?, manifestó que en los últimos 30 años las transformaciones de la estructura productiva de Madrid han sido bastante importantes y hacen necesario el poder adaptarse a dichos cambios. Casi un 90% de la estructura productiva de Madrid está formada por el sector servicios. Nuevos servicios vinculados a empresas, a los TIC, a las personas, industrias creativas y culturales son ejemplo de ello.
Ante este panorama el primer gran reto implica una profunda revisión de la normativa urbanística respecto a la regulación de las actividades económicas. Como segundo problema está la crisis económica, de difícil regulación e incierta determinación de su verdadera dimensión.
Para hacer frente a estos retos el esfuerzo estratégico del Plan Madrid 2020 ha trasmitido sus contenidos a los primeros documentos de la Revisión del PGOU de Madrid, como ciudad competitiva. Además se deben hacer variantes en los conceptos empleados anteriormente, por ejemplo “actividad industrial” es un concepto ya superado, más bien se debe emplear el concepto de “actividad económica” empleado ya por el pre-avance del PGOU. El Plan General como herramienta urbanística debe dar cabida al conjunto de actividades económicas. No se trata simplemente de eliminar trabas, sino que debe haber más sinergias, que brinde nuevas oportunidades a la innovación y la tecnología, al conocimiento y a una mano de obra de más calidad.
El plan debe revisar estos elementos al abordar el desarrollo de las actividades económicas en la ciudad, encontrar ¿qué tipo de actividades se pueden desarrollar por sectores?, ¿qué tipologías edificatorias y mezclas de uso se pueden emplear? y ¿qué tipo de impactos producen ciertas actividades y cómo mitigarlas?
No se trata de flexibilizar las plusvalías de los crecimientos urbanísticos, sino las posibilidades de aprovechamiento de las actividades de acuerdo a los cambios en el tiempo y los imprevistos característicos del uso del suelo.
El moderador preguntó acerca de ¿qué ve el Observatorio Económico de Madrid que el PGOU debería tener en consideración para los nuevos desarrollos?
Estos elementos se definen dentro del capítulo de las distintas redes de infraestructuras dentro del Plan. Se deben buscar además la unión con otros conceptos como las smart cities, con el fin de eliminar los desperdicios de recursos, incorporar las nuevas tecnologías, el uso digital de los servicios, etc. Como gran reto se debe contemplar el empleo de la redes TIC.
Respecto a la pregunta de ¿en qué medida la revisión del PGOU está contemplando la realidad de tener una funcionalidad compartida del territorio con otras administraciones de distinta escala?
La ciudad de Madrid, es el núcleo. Diariamente entran y salen un altísimo flujo de población que hace necesario una estrategia al menos metropolitana. Sería conveniente avanzar en ello, sin embargo no se ha logrado en la actualidad. Cada quien debe asumir sus propias responsabilidades y por el bien de la coordinación sería adecuado pensar en ello.
Participación del público asistente
José María de la Riva Ámez, preguntó ¿cómo se contemplaría desde el Observatorio Económico el concepto de flexibilidad en el suelo consolidado y lo nuevo por desarrollar? Además, ¿qué se puede hacer con el suelo ya clasificado, y qué elementos habría que poner para darles una utilidad razonable para la ciudad? Dirigida a la CEIM ¿qué importancia tiene para la economía la ausencia de un plan regional?
DBT: dentro de la producción de cualquier actividad se establecen dos componentes el proceso inmobiliario con sus expectativas de plusvalías y el uso o actividad. Sobre la primera se debe controlar por medio de coeficientes de edificabilidad, pero la segunda, ligada al uso o actividad es donde cabe mayor flexibilidad, ya que, si no se pueden condenar ciertos espacios, muchas veces se generan quimeras con actividades que no tienen salida y ahí es donde se debe trabajar más, en la flexibilización de los usos posibles, sin caer en la liberalización total.
Con el suelo clasificado hay mucho que no se va a ocupar. Por ello se deben reprogramar de alguna manera tomando en cuenta los derechos que han adquirido estos suelos y el tipo de actividades en ellos deben ser más flexibles, para dar mayores posibilidades de utilización.
DSR: comparado con una empresa, si Madrid no tiene una estrategia regional se puede ver sorprendido por el mercado. Por ello se necesita una estrategia que permita saber qué tipo de usos se pueden utilizar dentro de un marco que rija las normas y de mayor seguridad jurídica.
Luis Galiana Martín, respecto a lo mencionado anteriormente por David Bustos, Madrid concentra un porcentaje de empleo mucho mayor que el de la población residente, el porcentaje de crecimiento de empleo en las coronas es mayor, pero sin embargo se mantiene la concentración mayor de empleo en Madrid centro, por ello se dan gran cantidad de traslados diariamente de la periferia hacia el interior. ¿Se debe desde el PGOU fomentar esta tendencia, o Madrid se debe especializar en alguna actividad?
DBT: Madrid no debe perder ninguna actividad, es la lucha diaria de las ciudades. Más bien, debe estudiar los procesos de determinados tipos de industrias hacia las periferias, no tiene sentido mantener todas las actividades ya que no todas compensan igualmente.
DSR: Madrid debe mantener el empleo, tanto de la actividad industrial como de la actividad servicios.
Julio Vinuesa Angulo, como continuación de la pregunta de Luis Galiana, se debe pensar que Madrid es una economía metropolitana, lo que se trata es que no esté espacialmente concentrado el empleo con el fin de ir hacia un modelo territorial más sostenible.
Hemos hablado de cómo el PG puede ordenar el espacio para las actividades económicas, pero también se podrían analizar otras cuestiones ligadas a temas como la renta que han de destinar los madrileños para pagar su vivienda, la desaparición del pequeño comercio, las grandes superficies comerciales, la rehabilitación de la ciudad y la generación de empleo.
DSR: es imprescindible saber qué quiere Madrid a futuro, tiene que ordenar y además crear espacios lo suficientemente flexibles para cambiar el uso.
DBT: el Plan Madrid 2020 muestra una visión y líneas estratégicas de muchos de estos temas, por ejemplo compatibilizar un modelo más cohesionado donde se integren empleo y vivienda. No se plantea una ciudad que vaya a tener un crecimiento expansivo sino que promueva más bien un reciclaje y rehabilitación de la ciudad.
DSR: respecto a la reconversión del sector inmobiliario, el país después de los últimos años debería ser un auténtico líder en construcción sostenible, en eficiencia energética, nuevos materiales, etc.
José Luis Infanzón Priore, a veces al PGOU se le pide mucho en algunas ocasiones y en otras se le pide poco. Parte de la labor en relación a la actividad económica del PGOU es favorecerla o desalentarla. Por si solo un PGOU no puede generar actividad económica, esta se genera por iniciativa pública, empresarial o por otras políticas desde la administración. Desde el Plan no se van a regular las actividades sino la implantación de estas en el territorio.
La flexibilidad es un concepto difícil, no se le puede poner un número. Las normas jurídicas por definición no son flexibles ya que si no generarían inseguridad jurídica. Además se busca cómo combinarlo con políticas sectoriales que faciliten las actividades. Uno de los errores del Plan del 97 fue intentar generar actividad económica a partir de la construcción de vivienda, visualizando la vivienda como un bien de cambio en vez de un bien uso.
En ese punto de la flexibilidad, están los extremos. Por un lado la planificación total y por otro la no planificación y desregulación total. Esto nos llevaría a la no necesidad de un plan. Echamos de menos algún plan territorial, alguna regulación territorial, dentro del preavance hemos hecho una propuesta de qué entendemos por flexibilidad ligado a la cualificación del territorio.
Por ejemplo el centro histórico, es y seguirá siendo el centro por sus cualidades. Por ello estamos trabajando con una batería de indicadores que permitan incorporar las variantes que se presentan con el paso del tiempo. Hay dos elementos importantes localización y cualificación del territorio, con estos dos aspectos se espera dar espacio a la ubicación de las distintas actividades.