1º. La desgravación fiscal por la compra de vivienda, con una larga tradición en la “política de vivienda” en España, es sólo en apariencia una ayuda al comprador (medida de “carácter social”). En realidad lo que se busca es dinamizar el mercado, “ayudar” al sector inmobiliario-construcción-financiero, y acaba teniendo efectos inflacionistas.
2º. El hecho de que la deducción, prometida por el PP en su programa y aplicada tras las elecciones, no haya surtido ningún efecto en los meses de vigencia sobre la retracción de la demanda, no sólo es consecuencia de la restricción crediticia, es en cierta medida resultado del atracón de demanda de vivienda-inversión de los años de la burbuja, y, sobre todo, de un factor más estructural , que parece que cuesta aceptar y que debería hacer pensar seriamente en el redimensionamiento del sector: el progresivo e inevitable debilitamiento de la demanda, consecuencia del descenso de la natalidad desde 1976.
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