Isabel Ochoa Soto y Carlos Palomero Écija
El crecimiento “a saltos” de las ciudades, alternando periodos de gran actividad inmobiliaria con periodos de inactividad, va dejando en su camino espacios sin terminar, espacios que se convierten en auténticas fronteras interiores del continuo urbano.
En todas las ciudades encontramos espacios no utilizados de diverso tipo: espacios baldíos en zonas periurbanas, terrenos que rodean las grandes infraestructuras de transporte, zonas industriales abandonadas, parcelas o solares vacíos incrustados en tejidos urbanos consolidados, edificios a medio terminar o vacíos, oficinas y locales sin actividad, o espacios públicos con un deficiente mantenimiento y en mal estado, y que por ello son evitados por los ciudadanos.
Estos espacios problemáticos tienen, en general, una serie de características comunes como encontrarse sometidos a la especulación inmobiliaria o estar largos periodos de tiempo sin ningún uso y en progresivo deterioro, a la espera de algún cambio de estado u ocupación que no se sabe cuándo llegará. Esta situación, se ha agravado en los últimos años consecuencia de la crisis económica y que impide la financiación para la construcción, puesta en uso, ocupación o cualquier tipo de cambio en estos espacios, enfatizando su situación estática y de inactividad y ahondando más en el despilfarro urbanístico que caracteriza al último periodo histórico de nuestras ciudades, y por lo tanto, de nuestra sociedad.
A pesar de ello, desde Sodeste, queremos ver estos espacios problemáticos y sin uso como espacios de oportunidad.
La recuperación de espacios vacíos como espacios de identidad, de mejora ambiental y de reivindicación social, puede marcar la diferencia entre el “caos” actual de estos lugares, y la construcción de un espacio racional y con un sentido vecinal.
Ya que el urbanismo actual y su rígida normativa se ha mostrado incapaz de dar solución a estos espacios problemáticos, Sodeste propone la búsqueda de soluciones temporales y flexibles que den una utilidad a algunos de estos espacios, salvando el problema de la propiedad y la especulación en algunos casos. El proyecto “Custodia Urbana” pretende ser una herramienta eficaz para transformar estos espacios no utilizados.
Custodia Urbana consiste en lograr firmar acuerdos de gestión de pequeños espacios urbanos para que los vecinos puedan realizar actividades que consideren necesarias (tras un proceso de participación), con las únicas condiciones de que sean actividades blandas y reversibles para con ese espacio y por un tiempo determinado. Entre los espacios objetivos de Custodia Urbana se encuentran estos espacios no utilizados entre otros. Con la firma de acuerdos de custodia se pretende dar seguridad jurídica no sólo a las intervenciones sobre estos espacios, sino también a las partes implicadas en estos procesos: propietarios del suelo, vecinos, colectivos, administración, etc.
Custodia Urbana es un proyecto que acaba de comenzar y continúa en desarrollo. Algunos dilemas surgen en el camino:
¿Resistirá la presión normativa del urbanismo?
¿Hasta qué punto la ciudadanía tiene interés por participar en el cambio y transformación de estos espacios?
¿Cómo suplir la falta de catálogos o inventarios de sus espacios objetivos (no utilizados, obsoletos, degradados)?
La aplicación CUmapp, surgida del proyecto Custodia Urbana, quiere dar respuesta a estas dos últimas preguntas. CUmapp quiere ser una herramienta digital que permita construir una base de datos que pretenda localizar estos espacios de oportunidad e iniciativas ya llevadas a cabo que han transformado espacios que en su día no estaban lo suficientemente utilizados por los ciudadanos.
CUmapp no sólo se quiere limitar a geolocalizar estos espacios, sino también poner en contacto todas las iniciativas llevadas a cabo y las personas o colectivos interesadas en ellas, siendo éste el elemento de diferenciador de CUmapp con otras app. Hemos ido viendo como en distintas ciudades del mundo surgen huertos urbanos, espacios de encuentro, arte urbano y una infinidad de iniciativas que buscan cambiar la ciudad y que afectan a estos espacios infrautilizados, nuestro objetivo con esta herramienta es visibilizarlas y ponerlas en común.
Este problema de infrautilización del espacio, no se acota a una escala o una temática concreta, sino que afecta a distintas naturalezas urbanas, y su dimensión e impacto puede tener un efecto variado. Si los huertos urbanos y otras actuaciones en solares, muros y medianeras parecen ceñirse a la microescala dentro del barrio, en Sodeste también trabajamos sobre superficies urbanas mayores. Hablamos por ejemplo del conocido “Polígono Marconi” en Villaverde (Madrid), un caso sangrante en el que cerca de 6 millones de metros cuadrados destinados a uso industrial, y por tanto productivo, se encuentran sometidos a una situación social y urbana que impide su normal desarrollo como zona económica.
A pesar de su muy complicada situación, Sodeste colabora estrechamente con la iniciativa impulsada por la Asociación Empresarial de Villaverde (AEVI) y la Asociación de Vecinos Residencial Resina para impulsar un modelo de gestión basado en la colaboración administrativa, técnica, vecinal y empresarial o privada, y devolverle la funcionalidad con la que se concibió este espacio. Creando en su lugar un espacio de desarrollo, innovación, convivencia y formación para el conjunto de Villaverde.
De todo ello hablaremos en la sesión del próximo 26 de marzo.
Queremos terminar con un párrafo extraído del artículo “La participación ciudadana para la recuperación y regeneración de los espacios de borde urbano de Madrid”, la aportación de Sodeste incluida en el libro recientemente publicado por el Grupo TRYS “Madrid, cuestión central. Autonomía y región metropolitana”:
“La rehabilitación de la ciudad construida frente a la creación de nuevo tejido no es una tendencia actual, sino una necesidad perenne para avanzar en la sostenibilidad medioambiental, económica y social. Revitalizar los tejidos urbanos consolidados o semi-consolidados, fomentar la cohesión social en los barrios, satisfacer la necesidad de participar en la ciudad de sus ciudadanos de manera activa, deben ser objetivos del nuevo urbanismo.”
Más información en:
Ochoa Soto, I.; Palomero Écija, C. La participación ciudadana para la recuperación y regeneración de los espacios de borde urbano de Madrid. En Madrid, cuestión central. Autonomía y región metropolitana (Coord. Julio Vinuesa, José María de la Riva). Madrid. 2014.